Hoy me gustaría hablarte acerca de la persuasión. Muchas veces, se tiende a pensar que persuadir y convencer son lo mismo, e incluso que para convencer a alguien debes persuadirle.
¿Es esto realmente cierto? En el artículo de hoy lo descubrirás, así que sigue leyendo.
Índice de contenidos
Significado y definición de convencer y persuadir
Estos dos conceptos pueden parecer similares a simple vista, pero si nos fijamos bien en las definiciones podemos apreciar ciertos matices que, claramente, las diferencian.
Veamos las definiciones de estos términos:
¿Qué significa convencer?
La definición de “convencer” dice: “incitar, mover con razones a alguien a hacer algo o bien cambiar de dictamen o comportamiento”, y posteriormente añade: “probar algo de manera que racionalmente no se pueda negar”.
Es decir, convencer se trata de hacer llegar a alguien a una conclusión usando argumentos lógicos.
¿Qué significa persuadir?
Por otro lado, la definición de “persuadir” dice lo siguiente: “inducir, mover u obligar a alguien con razones a hacer o creer algo”.
En el caso de la persuasión, se intenta hacer llegar a la persona a una conclusión utilizando argumentos emocionales.
¿Cuál es la diferencia entre persuadir y convencer?
Como hemos podido ver en el punto anterior, estos dos conceptos tienen mucho que ver con lograr que alguien acabe pensando o actuando como nosotros. Tiene mucho que ver con lo que se conoce como “influencia social”.
La persuasión es algo más irracional que el hecho de ser convencidos. Cuando te intentan convencer de algo, también te ofrecen argumentos y razones. En cambio, cuando te persuaden te están imponiendo estas razones.
La diferencia más clara entre persuadir y convencer se basa en la naturaleza de dichos argumentos. Mientras que el que intenta convencer basa su discurso en argumentos lógicos, quien intenta persuadir lo hará utilizando argumentos emocionales.
¿Es mejor persuadir o convencer?
Debido a su componente emocional, persuadir causa mucho más impacto que convencer. Aun así, lo más conveniente es utilizar ambas estrategias y combinarlas, ya que si apoyas un argumento lógico con otros aspectos emocionales es muy probable que aumentes tus probabilidades de éxito.
Por otro lado, debes tener en cuenta que, si simplemente utilizas la persuasión, es posible que la persona a la que has persuadido se acabe sintiendo engañada a largo plazo, puesto que su decisión no puede ser sólida al no tener un sustento racional.